Sinopsis: la historia cuenta la vida de Marta Allué, más en
concreto de su paso por diferentes servicios sanitarios tras un accidente que
casi le cuesta la vida. Está basada en hechos reales, siendo la propia Marta la
narradora de cómo consigue sobrevivir a quemaduras en su cuerpo que acaban con
el 80% de su piel.
En este libro se pueden analizar
varios temas interesantes, explorados desde un punto de vista antropológico, ya
que tanto la protagonista como su marido (que, siendo psiquiatra, también narra
su experiencia en otro libro) son antropólogos.
Uno de los aspectos más singulares
que cuenta Marta es cómo la tratan en el hospital, considerándola una niña
pequeña, como si hubiera perdido la consciencia y no supiera ni quién es ella
ni qué le ha pasado. Esto es algo que deberíamos tener en cuenta a la hora de
tratar con un paciente que se encuentra inmovilizado o inconsciente.
Quizás lxs médicxs crean que el
paciente no escucha nada, pero a lo mejor simplemente es que no puede ni abrir
los ojos, siendo consciente de todo lo que pasa a su alrededor. La persona está
ahí, por lo que hay que interesarse por ella simplemente hablándola, ya que
como dice Marta: “Hablar fue siempre mi mejor terapia.”
Existen muchos detalles, con
respecto a cómo deberían tratar lxs médicxs a los pacientes, que Marta recalca
a lo largo del libro. Por ejemplo, a partir de una simple pregunta se puede
intentar saber cómo se siente la persona para lograr entenderla y ponerse en su
lugar. Es muy importante tener en cuenta que el dolor, al igual que las
emociones, es subjetivo y, por lo tanto, distintos pacientes lo van a sentir de
forma diferente.
Otra visión que da de los
comportamientos típicos de los profesionales sanitarios es la tendencia de los
cirujanos de tapar a sus pacientes cuando están operándoles, para no ver la
cara de esas personas. Es como si les consideraran objetos con el objetivo de
no involucrarse emocionalmente.
No solo explica cómo se comportan
lxs médicxs con ella, sino que también lo hace con respecto a lxs enfermerxs,
auxiliares, celadores… Otro ejemplo de la falta de sensibilidad dentro del
mundo sanitario se refleja a partir de una frase sarcástica que dice una
enfermera estando Marta presente y totalmente consciente: “Es lo último que nos
hubiera faltado, un quemado en la planta de quemados.” Como dijo ella, no tiene
ninguna gracia.
Al pasar tanto tiempo por los
hospitales, Marta ya se considera una veterana y va tomando consciencia de cómo
tiene que comportarse con el personal. También tiene sus preferencias en cuanto
al tipo de persona que quiere que la atienda. Ella prefiere a las médicas, en
lugar de a los médicos, porque se siente más a gusto entre mujeres. Además, a
los jóvenes les tiene mucho cariño, ya que les considera como sus “hijitos”, al
igual que a sus alumnos cuando ejerce de profesora.
Aunque la protagonista casi consigue
volver a vivir como antes, ya no es la misma. Ahora se ha hecho más fuerte e
independiente. Ha llegado a este punto debido a un largo período de adaptación
en el que ha sufrido, pero que ha acabado sobrellevando cambiando su actitud y
parte de su personalidad.
Un ejemplo de ello es cuando
tiene que hacer rehabilitación y odiando el deporte, se engancha a él de una
forma un tanto obsesiva, con tal de olvidarse de su discapacidad, aislándose de
su rutina en casa. Esto la lleva a acudir a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos
de Barcelona del 92, ya en su ciudad natal. No obstante, con los que más llega
a disfrutar es con los Juegos Paralímpicos porque se siente muy identificada
con los deportistas que participan en las diferentes pruebas.
Marta pasa por diferentes
hospitales en España e incluso en Estados unidos. Cuando sufre el accidente, la
llevan al hospital de Guadalajara para inmediatamente trasladarla a la Unidad
de Quemados del Hospital La Paz de Madrid. Al cabo del tiempo, al experimentar
una mejoría, le permiten irse a Barcelona donde seguirá recibiendo los cuidados
y atenciones oportunas.
En el libro se recalca la
diferencia entre la sanidad española y la estadounidense. Marta decide operarse
en Estados Unidos para mejorar sus capacidades motrices porque allí le hacen esperar
menos tiempo para la realización de varias intervenciones. Además, también
expone las diferencias del trato médico allí con respecto al de los médicos
españoles. Esto quizá se puede explicar por la distinta manera de enseñar en
las universidades, desarrollando una actitud más humana en las de Estados
Unidos.
Otro de los aspectos a destacar
es cómo a Marta le molesta que la gente en España se la quede mirando cuando va
por la calle, comentando alguna que otra vez algo irónico a esa persona
“mirona”, mientras que en Estados Unidos la gente la miraba y la gestualizaba
su apoyo o incluso se ponía a hablar con ella.
Allué sigue dentro del mundo
sanitario involucrada en asociaciones como “Derecho a Morir Dignamente” o
porque se sigue queriendo someter a operaciones de cirugía estética para hacer
más “amable” su físico.
Este libro pone de manifiesto
como el ser humano es lábil, como su vida cambia en segundo y puede convertirse
en otra. La novela pone de notorio como las personas somos capaces de hacer
frente a estas circunstancias. Lo importante es ante todo poder asumirlo,
ciertamente es esto lo que nos permite crecer. La experiencia de gente así, nos
hace ver la fuerza de la que somos capaces.
Esperamos vuestrxs comentarios ;)